martes, 17 de abril de 2012

Poniendo en solfa los itinerarios

La lluvia en Semana Santa trae consigo, entre otras cosas, los aplazamientos en las salidas de las cofradías, algunos lógicos, pero la mayoría no tanto.
Y claro, cuando tardas en salir, tienes que recuperar ese tiempo perdido. Y habitualmente se consigue.
Y si hay riesgo de lluvia al final de tu jornada, tienes que correr para esquivarlo. Y habitualmente se consigue y se reduce el tiempo de la estación de penitencia.
Con todos estos silogismos se demuestra que los horarios e itinerarios de las cofradías son perfectamente revisables.
Que muchos de esos recorridos kilométricos y extensísimos en tiempo podrían ser recortados sin ningún problema, algo que seguramente agradecerían –dejémonos de pamplinas– tanto los machacados cuerpos de nazarenos como la imagen de las hermandades y de la Semana Santa en general.

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